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3 enemigos del sueño que debes conocer (y evitar)

Los trastornos del sueño pueden afectar al estado de salud general, a la seguridad y a la calidad de vida. Sus síntomas más evidentes son tener somnolencia diurna y no pegar ojo por la noche. De entre los más habituales (insomnio, apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas y narcolepsia) hemos elegido el primero como protagonista del artículo de hoy.

¿Sufres de insomnio?

Según varios estudios, el insomnio es el trastorno del sueño más frecuente que afecta a un 30% de la población occidental. Las personas que lo padecen tienen problemas para dormir (o permanecer dormidos) tres o más noches por semana, durante al menos tres meses.

Si este es tu caso, es recomendable que acudas al médico a fin de descartar otros problemas de salud que pudieran provocarlo, tales como la apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas. De igual manera, hay medicamentos que pueden provocarlo así que si estás tomando alguno revisa el prospecto y saldrás de dudas.

¿Cómo afecta el insomnio?

Además de repercutir en tu vida personal, dormir poco o mal puede tener consecuencias nefastas en el desarrollo de tu labor profesional. Y es que cuando no se descansa lo suficiente estamos más susceptibles y se multiplica la posibilidad de que surjan problemas con el equipo de trabajo en situaciones cotidianas que no sucederían con una calidad de sueño normal.

Por otro lado, invertirá más tiempo en realizar tareas habituales con el riesgo de cometer errores que obligarán a revisar y rehacer los trabajos. Asimismo, al disminuir tu capacidad de reacción puedes tener un percance incluso al desplazarte en transporte público (por ejemplo, al bajar las escaleras del metro o del autobús).

Ahora que ya conoces más sobre el insomnio, llega el momento de conocer esos tres factores que es preciso combatir para poder conciliar el sueño.

No tener una rutina definida

Uno de los enemigos del sueño, es no tener una pauta establecida para conciliarlo. La rutina constante de cada noche envía señales claras al cerebro de que se acerca la hora de despedir el día. Aproximadamente una hora antes de acostarte baja la intensidad de las luces y apaga todos los dispositivos electrónicos, televisión incluida. Ponte el pijama, cepíllate los dientes y refréscate la cara.

Por otro lado, es una creencia bastante generalizada pensar que merece la pena meterse en la cama sin tener sueño porque de todas maneras se descansa un poco. Pero, contrariamente a lo que deseamos, eso hace que el cerebro establezca una asociación entre estar en la cama por la noche y estar despierto.

Si pasados unos 15 minutos no puedes conciliar el sueño, levántate y sal de la habitación manteniendo el silencio y la luz baja. Evita la tentación de encender la tele u otras pantallas ya que despertarías al cerebro.

Un dormitorio multifunción

Otra manera de enseñar al cerebro a asociar la cama con el sueño es evitando pasar mucho tiempo en el dormitorio durante el día. Si no tienes sitio en casa para teletrabajar, es probable que hayas adoptado el dormitorio como oficina improvisada, con lo que no te ayudará nada a asociarlo con el descanso.

Otro de los hábitos muy vinculados con el trabajo, y a su vez factor perturbador del sueño, es tomar café. ¿Sabías que sus efectos estimulantes pueden tardar varias horas en desaparecer? Por suerte, hay otros trucos que te espabilarán de forma saludable. Sea en forma de café o de agua,  ingerir demasiado líquido antes de ir a la cama puede hacer que te despiertes varias veces a lo largo de la noche para ir al baño. ¡Tenlo en cuenta!

Cenas copiosas y poco saludables

Hay cierta evidencia que indica que cenar tarde dificulta el sueño y puede causar problemas digestivos. Por este motivo se recomienda evitar cocidos y otros guisos contundentes a la hora de la cena. Los alimentos con exceso de grasa tampoco favorecerán el descanso. Además de resultar poco saludables, dificultarán la digestión incluso provocando acidez o ardor de estómago en algunos casos.

Aunque tomar fruta es un hábito saludable, sin estar acompañada por otros alimentos puede resultar indigesta. Si este es tu caso evítalos a la hora de la cena. Por su parte, las verduras crudas pueden producir digestiones pesadas a esas horas del día. Presta atención a las posibles molestias que pudieran causarte e influir en tu sueño.

En el lado contrario nos encontramos a los alimentos dulces. De entre todos, es habitual considerar al chocolate negro como el más saludable, pero su contenido en teofilina y cafeína  suele asociarse a los trastornos del sueño. ¡Toma nota y pon remedio!