Skip to content

¿Te estresan las vacaciones?

Aunque de primeras relacionemos el verano con vacaciones, lo cierto es que durante una buena parte de los meses de verano también toca trabajar. Al ajetreado ritmo diario se le suma así cierto estado de nervios producido por esa espera que puede hacerse muy cuesta arriba. La preparación de las vacaciones también es motivo de preocupación, pero se hace más llevadera si cuentas con ciertas ventajas derivadas de lo que conocemos como el salario emocional.

Por otro lado, la subida de las temperaturas propias del verano contribuye a que cueste más concentrarse ayudando a generar situaciones de estrés que pueden perjudicar nuestra salud. ¿El secreto para que la situación no te supere? Una buena planificación de las tareas a realizar, organizar los viajes con tiempo y reforzar los buenos hábitos adquiridos durante el resto del año.

Las maletas a punto

Piensa en qué plan te hace especial ilusión y organízalo.  Si hay algún plan que te haga especial ilusión infórmate y ciérralo con tiempo. Si conlleva compra de billetes o reserva de hotel no dudes en dejarlo solucionado en cuanto puedas confirmar fechas.

¿Problemas de concentración?

Muchos son los asuntos laborales que deben cerrarse antes de ir de vacaciones. Sin embargo, hay veces que no resulta fácil. Al estar sometido a las altas temperaturas propias del verano, es probable que resulte más complicado concentrarse, lo que puede repercutir en la productividad laboral.

¿Sabías que hay alimentos que pueden ayudarte a mejorar la concentración? Los vegetales y las frutas facilitan el riego de sangre al cerebro. En concreto, los arándanos activan las enzimas del cerebro ayudando a la concentración. Otros tan populares como el pescado azul y las nueces son alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 que mejorarán tus funciones cognitivas.

Por su parte, comer huevos, queso, carne roja y mejillones aportará vitamina B12 que influirá positivamente también en el nivel de energía. Y no solo los alimentos tienen relevancia en este sentido sino que bebidas como el café y el té verde aumentarán los niveles de dopamina, el neurotransmisor relacionado con procesos como la memoria, la toma de decisiones o el aprendizaje. 

Dormir en verano ¿una pesadilla?

Incluso en otras circunstancias que nada tienen que ver con el trabajo, la llegada del verano conlleva un periodo de adaptación que puede hacer sufrir al sistema inmunitario. Si realizar una actividad física moderada mejora la circulación y alivia el estrés, dormir bien es muy importante. Dormir poco o no descansar suficiente en proporción a las horas que se está en la cama puede afectar negativamente al funcionamiento de las células. Estar dos horas consultando el móvil tumbados en la cama antes de dormir no es la idea ideal de descanso.

Mantener una rutina de sueño, dormir en una habitación fresca y oscura y prescindir de la luz de móviles y tablets, al menos una hora antes de dormir, son algunos de los hábitos que todos conocemos y que a veces no ponemos en práctica. Un pequeño esfuerzo y modificar las costumbres supondrá una mejor calidad de vida ya que sintiéndote descansado te encontrarás más preparado para afrontar con calma todos los retos de la vida diaria.

¿Combatir el estrés con dulces?

Una de las consecuencias negativas del estrés es que cuanto más estresados estamos, peor comemos ya que tendemos a consumir alimentos procesados, dulces, harinas refinadas o aperitivos que lo hacen es generar más estrés al cuerpo y restarle energía.

Así que es hora de reponer nutrientes, estabilizar el azúcar en sangre y garantizar la formación de dopamina y serotonina para controlar el estrés, incluyendo alimentos con vitamina C, magnesio, calcio y omega-3.

  • Frutas. Naranja, pomelo, kiwi, contienen gran cantidad de vitamina C, un antioxidante con efectos neuro-protectores. Los antioxidantes tienen un papel clave en la lucha contra los daños causados por el estrés y la ansiedad.
  • Verduras. Las de hoja verde son indispensables en una buena alimentación. Ricas en magnesio y ácido fólico, estas hortalizas también ayudan a mantener a raya los niveles de estrés.
  • Legumbres. Son ricas en vitamina B, esencial para un buen funcionamiento del cerebro. También son ricas en magnesio, un mineral que ayuda a combatirlo.
  • Huevos, plátano, pescado azul y frutos secos. Son fuente de triptófano, un aminoácido que ayuda al cuerpo a producir serotonina, la hormona de la felicidad.
  • Chocolate negro. Contiene una gran cantidad de antioxidantes que facilitan la relajación y equilibran el estado de ánimo.

Por último, en verano concretamente se pierde una cantidad significativa de líquido en forma de sudor. Es necesario compensar esa pérdida a fin de estabilizar la temperatura corporal, la regularidad intestinal y la reducción del riesgo de aparición de cálculos renales, entre otras funciones. Beber frecuentemente te ayuda a estar mejor lo que es otro recurso más para cuidarte y mejorar tu bienestar.

Poniendo en práctica todos estos consejos llegarás más tranquilo al inicio de las vacaciones. ¡Te las mereces!