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¿Es posible mantener la productividad en verano?

Aunque suena a misión imposible, te avanzamos que sí es posible mantener la productividad en verano sin morir en el intento. El calor, la proximidad de las vacaciones y, en general el cansancio acumulado en los meses anteriores, son los responsables de que en verano estés algo más disperso en la oficina y te cueste concentrarte.

A esto se suma que en muchos sectores el volumen de trabajo es menor durante estas semanas, lo que provoca que a quienes trabajan en ellos les cueste más focalizar su atención. Todos estos factores repercuten de forma negativa en el rendimiento laboral. Veamos cómo hacerle frente.

Encontrar la temperatura ideal

¿Sabías que el 25% de las personas se sienten poco productivas en verano? Uno de los factores que más inciden en ellos son las altas temperaturas. Es habitual que al sentir demasiado calor comience  a marchitarse cualquier resquicio de productividad, provocándote a su vez una sensación de malestar y de impotencia al ver que no consigues concluir tus tareas con la misma prontitud que de costumbre.

Pero no solo el calor perjudica tu concentración. Sentir demasiado frío a consecuencia del uso indiscriminado del aire acondicionado puede además afectar a tu salud.

Apostar por la jornada intensiva

Durante los meses de verano muchas empresas adoptan la jornada intensiva. Esto permite una mayor flexibilidad para los trabajadores de cara a la conciliación laboral, poder disfrutar de su tiempo libre y recargar pilas para el día siguiente.

Este horario de verano hace que sea importante aprovechar al máximo ese tiempo de trabajo. Planificarlo concienzudamente y evitar las distracciones te ayudará a rendir más y poder disfrutar del resto de la jornada habiendo completado las distintas tareas.

Organizar la semana por objetivos diarios  ayuda a distribuir mejor el tiempo según el tipo o la dificultad de cada una. Por lo general, ocuparte de las más importantes a primera hora del día te hará invertir menos tiempo en ellas ya que estás más fresco y tu nivel de concentración es mayor. Además, dispondrás de más margen de maniobra para solucionar cualquier imprevisto que pudiera surgir en su desarrollo.

La necesidad de descanso

Dedicar un tiempo al descanso es imprescindible para seguir manteniendo tu productividad. Y no sólo a nivel mental. El cuerpo necesita estirarse y variar la postura bastante hierática que suele adoptar mientras estás sentado frente al ordenador.

A su vez mantenerlo hidratado es vital para que siga manteniendo el ritmo y el agotamiento no haga mella en ti. Beber agua con frecuencia y sin tener sed es un hábito saludable que aún cobra más importancia en verano, ya que se tu cuerpo pierde una cantidad significativa de líquido en forma de sudor.

Hacer balance

Coincidiendo con la mitad del año, el verano es un gran momento para dedicar un tiempo a hacer balance personal y redefinir objetivos. Por otro lado, este también es un buen momento para probar nuevos hábitos que pueden beneficiarte laboralmente. Quizá hayas pensado a menudo en variar la manera de hacer una determinada tarea, quieras probar el trabajo por lotes o te plantees hacer pausas cada un determinado tiempo.

Sea como sea, ahora tienes la oportunidad de comprobar el resultado de estas acciones, o incluso de volver al punto de inicio si no sale como esperabas.

Vivir el verano

Asumir que casi estamos en verano, y disfrutarlo dentro de lo posible hasta que lleguen las vacaciones, repercutirá sin ninguna duda en tu estado de ánimo. Adáptate a la nueva estación poniendo en práctica pequeñas acciones que contribuirán a hacer más ameno tu día a día.

Con la mitad de la plantilla de vacaciones es el momento perfecto para conocer a aquellos compañeros con los que no coincides tanto o con los que no parece que tengas tanta afinidad. Además de llevarte alguna sorpresa a nivel personal, tomar un café o salir a comer juntos os llevará a hacer piña uniéndoos como equipo.