Skip to content

Dormir mal: la pesadilla del verano

¡Qué ganas de vacaciones! Puede que ya las hayas reservado, que las estés disfrutando o que no te quede nada para hacerlo. En cualquier caso, lo que se plantea como un periodo de descanso y desconexión, puede acabar convirtiéndose en una auténtica pesadilla si no descansamos bien. Ir a la playa o hacer senderismo en modo zombi no es plato de buen gusto para nadie. Para vivir el verano y disfrutar de él es muy importante el sueño de calidad. Y más todavía si sigues trabajando y no quieres restar productividad en verano.

A continuación encontrarás una serie de consejos para dormir bien en una cama fresca, y en la medida de lo posible sin recurrir al aire acondicionado, reduciendo así su consumo en esta época.

Ventanas cerradas durante el día

Según los expertos de Dalfilo, este es un truco milenario que nunca falla. Al contrario de lo que se podría pensar, si abrimos las ventanas cuando las temperaturas son altas, en lugar de ventilar y refrescar, corremos el riesgo de que la habitación se sobrecaliente. Sobre todo si no usamos el dormitorio durante el día, conviene dejarlo todo cerrado y con las persianas bajadas, para crear una protección que nos garantice unos grados menos a la hora de acostarnos.

Tienes que esperar a que el sol se ponga antes de abrir un poco las ventanas, para crear una corriente de aire que proporcionará cierto alivio. Si tienes una casa con doble exposición, la mejor solución es abrir por ambos lados para crear una buena ventilación cruzada.

Por otro lado, elegir las cortinas adecuadas para el verano es muy importante. Dependiendo de la exposición de tu dormitorio, una opción interesante son las cortinas blackout exteriores solares, que protegen de la luz y el calor.

El ventilador, un gran aliado

El ventilador es un gran clásico y un gran aliado para las noches calurosas. Existen varios modelos con diferentes potencias y funciones, y en general su consumo en términos de energía no es excesivo. Un consejo es encenderlo antes de acostarse para refrescar la habitación, y si tiene temporizador programarlo para que se apague al cabo de unas horas. Nunca lo dejes fijo dirigido directamente hacia tu cuerpo. Es preferible accionar la opción de rotación o, en su defecto, dirigirlo transversalmente.

No a los dispositivos electrónicos

Por varias razones, se recomienda no llevar dispositivos electrónicos al dormitorio. En verano hay una más: teléfonos, PC, tabletas, son una fuente de calor innecesaria. Todos estos dispositivos, de hecho, generan energía y, por lo tanto, calor, que se suma a las ya altas temperaturas y no es nada saludable. Mejor aprovechar la coyuntura para leer un buen libro, que siempre es un buen compañero para un sueño de calidad.

Utilizar bombillas fluorescentes o LED

Hasta las bombillas marcan la diferencia. En comparación con las bombillas incandescentes, las fluorescentes o LED generan menos calor y consumen menos: en definitiva, solo ventajas. Además, las luces encendidas ayudan a calentar el ambiente, por lo que se trata de una buena costumbre. Tanto por el ambiente y la temperatura como por la factura a fin de mes, es recomendable apagar siempre las luces si no son necesarias.

Aislar también protege del calor

Recurrir a soluciones de aislamiento a menudo se asocia con una protección adicional para los meses de frío, pero la misma regla se aplica también para el calor. Una estancia con ventanas de buenas prestaciones, doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico (RPT), tendrá menos dificultades para mantener su temperatura interior, y esto implica también un ahorro energético.

Sí a las plantas

Las plantas son fantásticas aliadas contra el calor. Incluso en el dormitorio. Hay algunas especies que están especialmente recomendadas para la zona de noche, en virtud de sus beneficiosas propiedades. Entre estas se encuentra sin duda el Aloe, que no necesita grandes cuidados, favorece el sueño y ayuda a liberar el aire de agentes tóxicos. La Maranta, que absorbe la radiación electromagnética y actúa como regulador de la humedad. Otro clásico es la Sansevieria, que absorbe la humedad por la noche y además purifica el aire de la contaminación electrónica.

Tejidos ligeros y transpirables

La elección de las sábanas para la cama es fundamental. En primer lugar, se recomienda preferir tejidos 100% naturales y orgánicos, con certificación OEKO-TEX. Para las altas temperaturas es ideal el percal, que combina la compacidad del puro algodón con una consistencia impalpable, resistente y ligero al mismo tiempo. Además, es un tejido muy transpirable, termorregulador y suave sobre la piel. Ideal por su versatilidad, es el juego de sábanas ideal para todas las estaciones, ya que retiene el calor en invierno y da frescura en verano.