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5 razones que disminuyen la productividad de tu equipo

Desarrollar la labor profesional de una forma productiva es altamente beneficioso tanto para el trabajador como para la empresa. Dar lo mejor de sí mismo y comprobar los buenos resultados produce en las personas un sentimiento de orgullo y satisfacción personal. Esta retroalimentaciónse convierte en una poderosa motivación para seguir esforzándose y superándose a sí mismos.

Sin embargo, existen una serie de enemigos que zancadillean los intentos de ser productivos. Conocerlos ayudará a evitarlos y plantarles cara. La desmotivación, la multitarea, el mal uso de las redes sociales, la falta de comunicación y un mal ambiente de trabajo son los principales obstáculos que aparecen en el camino hacia un trabajo productivo.

Cómo hacer frente a la desmotivación

La pérdida de la motivación es uno de los factores que afecta al rendimiento y, por tanto, a la productividad. Cuando se pierde la motivación la apatía nos embarga, se trabaja por inercia y de forma automática.

Los trabajadores que se sienten valorados son capaces de tener nuevas ideas y transmitirlas a sus superiores. Por ello, las grandes empresas se esfuerzan en mantener motivados a sus empleados.

La flexibilidad laboral, invertir en su formación, ofrecer beneficios sociales que faciliten la conciliación laboral, recompensar su esfuerzo y darles la posibilidad de crecer y promocionar son algunas de las claves para su motivación.

La multitarea

Entre los hábitos que diariamente ponen en peligro la concentración, la multitarea es (en la mayoría de los casos) uno de los más perjudiciales. Intentar hacer varias cosas a la vez impide poner el foco en lo que realmente se está haciendo. Centrarnos en llevar a cabo una sola tarea única y exclusivamente conlleva concentración y práctica.

El primer paso para ello es eliminar todas aquellas distracciones mentales que perjudican la concentración. Organizar bien la agenda diaria y respetar las prioridades no pasando a la siguiente tarea sin haber acabado la anterior son otras de las claves para lograrlo.

Tecnología sí, pero…

La evolución de la tecnología en nuestras vidas ha sido increíble. Pero lamentablemente vienen con una cara B muy clara: la dependencia que pueden generar. Nos acostumbramos a estar pendientes de cualquier notificación e interrumpimos nuestro trabajo para atenderla, lo que supone una pérdida de la concentración y el ritmo.

En cuanto a las redes sociales, no se trata de demonizarlas pero son también una gran distracción. En este punto el autocontrol es la clave. Cada persona cuenta con un momento del díaen el que su productividad es mayor. Identificar estos periodos ayudará a tener el móvil aparcado para poder desempeñar la labor profesional sin distracciones, correos, mensajes, llamadas de teléfono o conversaciones con compañeros.

Poca claridad en las tareas a desempeñar

Desconocer la estructura jerárquica de la empresa o no tener claros los roles y las tareas a desempeñar influyen de manera significativa en el rendimiento. Desarrollar una estrategia basada en una buena planificación, en la que se reflejen minuciosamente todos los pasos a seguir, así como las tareas que se asignan a cada miembro, es el camino para llegar con éxito a su objetivo.

Además, la comunicación fluida, abierta y respetuosa entre todo el equipo, independientemente de su rango, facilitará la prevención y resolución de conflictos al igual que la pérdida de tiempo en el desarrollo de tareas que quizá no eran las nuestras.

Un mal ambiente de trabajo

Sumando las horas que pasamos en el trabajo nos damos cuenta de que la oficina es un segundo hogar. ¿Tu oficina es un oasis o un campo de batalla?

El espacio físico, la ergonomía del mobiliario o el ambiente configuran el llamado clima organizacional, uno de los factores que mayor incidencia tiene en la productividad. Por otro lado, los roces con el resto del equipo pueden provocar situaciones realmente incómodas y de estrés que tal vez lleguen a afectar negativamente al desarrollo de la empresa.

Para solventar posibles fricciones es importante no tomárselo como algo personal sino como una consecuencia probable del estrés laboral. Solicitar orientación a RRHH y no perder el foco son algunas de las estrategias más efectivasa las que se puede recurrir.

Ahora que ya conoces los enemigos de la productividad, hay una cosa clara: son factores relativamente fáciles de mejorar. Reúne a tu equipo para reflexionar sobre ello estableciendo una o varias acciones concretas. ¡Los resultados no tardarán en llegar!