¿Por qué no sabemos escuchar? 

saber escuchar

La empatía es una habilidad que se puede entrenar. En ocasiones requiere estar en presencia del dolor de otra persona con lo que, al igual que sucede al sentirlo nosotros mismos, tendemos a “anestesiar” sus emociones en vez de escuchar sin más. Actuar así parece la vía fácil, pero pasa factura: nos desconecta. La buena noticia es que la empatía no es una cualidad rígida, no es una cuestión de ‘se tiene o no se tiene’, es una capacidad que se puede entrenar a través de la práctica. 

Cuando escuchamos con empatía, en vez de limitarnos a oír datos o analizar información, damos un paso más allá. Esto nos ayuda a descubrirnos tanto a nosotros mismos como a quien tenemos delante. Es lo que llamamos conexión.  

El lenguaje no verbal puede llegar a expresar más que las propias palabras. El interlocutor se sentirá más cómodo si se le escucha con una ligera sonrisa y le respondemos con un tono amable. Mientras que mantener el contacto visual es la mejor manera de demostrar que se está prestando atención, asentir con la cabeza de vez en cuando corroborará nuestra implicación.  

¿Oír es escuchar? 

Dos términos que pueden parecer sinónimos pero que sin embargo no lo son. Algunas personas no distinguen entre oír y escuchar y, aunque desde el punto de vista gramatical no supone un gran error, desde una perspectiva más social es importante saber diferenciarlos. 

La gran diferencia entre ambos es la intencionalidad que se presupone en una de ellas. Oír es algo que sucede independientemente de nuestra voluntad. Por ejemplo, ¿cuántas veces nos disculpamos por oír una conversación sin querer? Sin embargo, escuchar es un proceso voluntario y con una clara intencionalidad. Escuchamos para averiguar una información, conocer a otra persona o ayudar a un familiar o amigo. 

Por otro  lado, no es lo mismo escuchar que aparentar que escuchamos. Escuchar requiere tiempo y paciencia. Demostrar a nuestro interlocutor que le hemos entendido y nos ponemos en su lugar es una habilidad al alcance de todos. La práctica de las siguientes pautas ayudará a lograrlo. 

5 pasos para entrenar la empatía y aprender a escuchar

Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional, desvela las claves para conseguirlo. Como cualquier otro aprendizaje lleva su tiempo, con lo que no te agobies ni te frustres si tardas en ver resultados. 

  • Escucha activamente buscando entender. Hazlo sin interrupciones. Ponte en la perspectiva de la persona que se está expresando. Empatizar no es aconsejar, educar, interrogar, comparar, solucionar o tener las palabras perfectas. Empatizar es escuchar. 
  • Elimina cualquier tipo de juicio. Recuerda que empatizar no es evaluar lo que la persona te está contando, sino escuchar sin poner un valor a lo que esa persona está viviendo. 
  • Reconoce las emociones y sensaciones de esa persona en tu propia experiencia. Es más fácil empatizar con algo con lo que te identificas. Sin embargo, también puedes ser capaz de empatizar con situaciones ajenas a ti y a lo que has vivido hasta la fecha. Quizás tú no actuarías de la misma manera en la misma circunstancia o no te sentirías triste por las misma razones, pero sí que puedes conectar con tu propia tristeza para entender su sentir. 
  • Da espacio y permiso para que la persona se exprese y pueda sentir todas las emociones, incluso las más incómodas. Practica simplemente acompañar y da lugar para sentir. 
  • Pregunta en vez de predecir. ¿Cómo te puedo apoyar en este momento? ¿Qué necesitas?

Practicando la escucha activa 

Para escuchar activamente, es indispensable tener la voluntad de querer hacerlo, preferiblemente sin sentirnos obligados. De esta manera nuestra reacción será más natural y creará una mejor interacción con el interlocutor. Para ello, lo más importante es poner los cinco sentidos en la conversación que se está manteniendo. Por supuesto, el esfuerzo debe ser bidireccional. 

Las distracciones suelen venir de la mano de la falta de motivación. Es cierto que, aun queriendo hacerlo, en ocasiones resulta complicado (de hecho, algunos estudios afirman que el riesgo de distracción aumenta a partir de los 45 minutos). Una buena manera de salir del apuro siendo respetuosos con el interlocutor es distinguir lo importante de lo secundario y poder utilizarlo para expresar nuestra opinión o dar consejo.  

En especial, es necesario evitar ese tipo de distracciones que hacen desconectar de la conversación en el momento más importante, justamente cuando la otra persona espera nuestra respuesta.   

Atención a las interrupciones 

Pocas cosas resultan tan incómodas en una conversación como que no nos dejen hablar. De la misma manera, y aun conociendo en profundidad el tema principal, es preciso tener presente que se trata de un diálogo y no de una ponencia o monólogo.  

Respetar los turnos de palabra, no interrumpir el mensaje y esperar a que la otra persona dé por concluida su intervención son las claves para aprender a escuchar. Es frecuente que nos encontremos en la situación de adivinar lo que nos van a decir. Adelantarse no es malo (y crea cierta complicidad) siempre y cuando no se interrumpa de forma constante. 

Hacer preguntas abiertas y relacionadas con el tema de la conversación es una forma muy efectiva de manifestar interés. Así, además de poder expresarse más abiertamente, podremos conocer otros datos relevantes. Crear un ambiente de confianza jugará a favor de ambas partes. 

Finalizar la conversación 

Saber escuchar implica respetar a la otra persona y no dar finalizado el diálogo hasta que esto no suceda de forma natural o por su propia iniciativa. Evidentemente no todas las conversaciones resultan igual de estimulantes, pero es imprescindible ponerse en el lugar de la otra persona. Busca el lado positivo e intenta llevar el diálogo a tu terreno.  

Saber escuchar es una de las claves para lograr que la comunicación sea efectiva. Ser capaz de prestar atención y ponernos en el lugar de otra persona ayuda a relacionarnos mejor. Conecta con los demás y conectarán contigo. 

Ten siempre presente quién es el protagonista de la conversación. Aprende a desarrollar la empatía para entender a los demás y sus necesidades ya que no todas las personas expresan sus sentimientos con la misma facilidad. En este caso no se trata de mejorar la escucha activa sino de simplemente escuchar en silencio para conectar con ellos. 

Niños bien atendidos, empleados tranquilos y más concentrados 

salario emocional

En la actualidad, los trabajadores de las empresas no solo se centran en el salario económico, que debe resultarles satisfactorio, sino que buscan y valoran que el interés de la empresa vaya más allá. El salario emocional incide directamente en el rendimiento de los profesionales y, por tanto, en la competitividad de la compañía. 

Este término relativamente moderno, podría definirse como el conjunto de beneficios no económicos que hacen que la plantilla de una empresa se sienta satisfecha, ya que facilitan el día a día a la par que aumentan y mejoran su sensación de bienestar y calidad de vida, permitiendo que cada uno de sus miembros se desarrolle positivamente tanto a nivel profesional como personal.  

Aunque existen diferentes medidas para mejorar el bienestar del empleado, como ofrecer ayuda ante posibles contratiempos laborales, fomentar el acceso a recursos enfocados a la salud emocional o realizar actividades en equipo que ayuden a liberar tensiones y contribuyan al buen ambiente laboral, aquellas que aportan medidas para el cuidado de los niños son ampliamente celebradas por los empleados con familia. ¿Quieres saber más? 

Facilitar el acceso a la educación infantil 

Compaginar el cuidado de los niños de 0 a 3 años con los horarios laborales puede llegar a ser realmente estresante para los padres y madres de la plantilla. Este hecho terminará pasando factura también a su rol profesional, a nivel individual y a nivel de empresa. Por eso, es conveniente apoyar las personas con niños de esas edades. ¿Cómo hacerlo? A través de un servicio de guardería, bien en la propia empresa bien en un centro de educación infantil. 

El primer supuesto es perfecto para empresas grandes con muchos trabajadores en la misma situación. Consiste en preparar y adaptar un lugar concreto y adecuado para los más pequeños, donde personal especializado podría encargarse de su cuidado mientras sus padres trabajan. Esto supone un ahorro de tiempo para los progenitores que evitan desplazamientos innecesarios, mejor calidad de vida para sus hijos, y una reducción importante del estrés para todos. Un empleado con la tranquilidad de que su hijo está bien atendido, da lo mejor de sí en su trabajo. 

La segunda opción consiste en ayudar económicamente a las familias para que sus hijos puedan acudir sin problema a la escuela infantil de su elección. Y es que las empresas evolucionan y se implican en la mejora del bienestar del trabajador en aquellas responsabilidades que van más allá del trabajo, lo que facilita su sentimiento de pertenencia hacia la organización. El llamado cheque guardería es buen ejemplo de ello. ¿Sabías que se trata del mayor beneficio social que las empresas pueden ofrecer a los padres y madres trabajadores con hijos en el primer ciclo de educación infantil (de 0 a 3 años)? 

Cómo elegir la escuela infantil 

Una vez resuelto el tema anterior, solo habría que elegir la escuela infantil más adecuada para los niños. La cercanía al domicilio o al trabajo, la flexibilidad de horarios y la formación del personal son algunos de los requisitos a tener en cuenta. Te ofrecemos algunas de las ideas que te servirán de orientación. 

  • Asegurarse que cumplen con un control de accesos exhaustivo tanto para entrar como para salir. Seguridad ante todo. 
  • El centro debe cumplir unas medidas de seguridad básicas: buena ventilación, luz natural, limpieza en todas las zonas, mecanismos de bloqueo de puertas, enchufes protegidos y suelos de goma. Todos los aportes extra serán una garantía a tener en cuenta.   
  • Conocer la metodología de trabajo es vital para cerciorarse de que ayuda a potenciar las capacidades de los niños y desarrolla su interés por descubrir y experimentar por sí mismos. 
  • Durante el proceso de elección de escuela infantil es indispensable acudir al menos una vez al centro, bien pidiendo cita con la dirección bien asistiendo a las jornadas de puertas abiertas que muchos ofrecen.  
  • La comunicación entre centro y familia va a ser fundamental para que los niños disfruten de esta época tan importante de sus vidas. 
  • Conocer los horarios a los que se realizan las distintas actividades en la escuela infantil va a ser muy importante para coordinarlos con los de casa, lo que facilitará su adaptación.  

¿Otro café? Estos trucos te espabilan de forma saludable 

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Pese a haber dormido bien y llevar una alimentación saludable, el trepidante ritmo diario termina por pasarte factura. Según transcurre la jornada laboral, el cansancio va haciendo acto de presencia disminuyendo la concentración y, por tanto, la productividad.  

Aunque tu primer impulso sea tomar uno, dos o incluso tres cafés más, a la larga este gesto puede pasar factura a tu salud. A continuación te mostramos varios trucos fáciles que te ayudan a despejar la mente y espabilar el cuerpo para que puedas seguir trabajando sin problemas. 

Apartar la mirada del ordenador, cambiar de actividad, estirar las piernas, dar un pequeño paseo, lavarte la cara y las muñecas con agua fría, escuchar música o hablar con un compañero son algunas de las posibilidades más efectivas.  

Beber té 

Al igual que hay comestibles que contribuyen a luchar contra el estrés, existen otros alimentos que te espabilan volviendo a activar tanto tu cuerpo como tu mente. Por ejemplo, además de ser un gran aliado de la salud por su efecto antioxidante, el té ayuda a estimular las funciones cognitivas y el rendimiento intelectual, mejorando además el estado de ánimo de quien lo disfruta. ¿Sabías que existen más de 200 tipos de té? Según su variedad podrás tomarlo con leche, limón, menta o especiado al gusto. 

Tampoco hay que olvidarse de beber agua. La deshidratación puede causar fatiga, confusión, palpitaciones incluso desmayos, de ahí la importancia de adoptar este hábito. Beber agua te ayuda a despejarte rápidamente cuando más lo necesitas. 

Remedios de siempre que nunca fallan 

La menta desprende un olor tan fresco que ayuda a activar el estado de alerta reduciendo además la fatiga. Puedes probar a sustituir el café de sobremesa por una infusión de esta planta. 

Otro truco es masticar un chicle de este u otro sabor. Es un remedio infalible para prevenir estas situaciones ya que la acción de masticar activa ciertas regiones del cerebro, pudiendo facilitar la concentración y la comprensión lectora.  

El cuerpo te puede jugar una mala pasada ya que, por muy interesantes que te resulten algunos eventos, la primera hora de la tarde suele ser algo peliaguda. Siempre y cuando te sea posible no está de más que lleves unos chicles siempre contigo ¡más vale prevenir!   

Cargar las pilas en el desayuno 

Hace ya algún tiempo que los desayunos elaborados con avena irrumpieron en nuestras costumbres gastronómicas. El porridge británico (el equivalente a las tradicionales gachas) se elabora cociendo dicho cereal en leche u otro líquido. Sus hidratos de carbono son transformados por tu cuerpo en la energía necesaria para empezar el día. 

Por su parte, el yogur aporta muchos nutrientes, tantos que se considera uno de los alimentos estrella para llenarte de energía cada mañana. El aguacate es otro alimento muy completo. Una tostada con aguacate puede ayudarte a mantener altos tus niveles de energía.  

Hacer un alto a la hora de comer 

Son muchos los alimentos que pueden contribuir a mantener altos tus niveles de energía. Cuando salgas a comer procura elegir platos que contengan algunos de ellos. Al regresar a la oficina intenta dar un rodeo a fin de ejercitar las piernas y activar de nuevo la circulación. Tu mente también te agradecerá un cambio de aires. 

¿Te espera una tarde complicada? Necesitarás estar fuerte y mentalmente activo. Las proteínas son tus mejores aliadas: lácteos, huevos, pescado y carne te ayudarán a elevar tu nivel de energía.  

Si te apetece un buen guiso tómalo sin problema. Aunque en principio sean un factor bastante propicio para producirte somnolencia, puedes compensar sus efectos eligiendo frutas o zumos como postre. Su contenido en fructosa, carbohidratos y fibra aporta al cerebro nutrientes muy valiosos para ponerlo en marcha y mantenerlo activo.  

El crítico momento de la sobremesa 

Otro de los momentos críticos en los que aflora el cansancio es la sobremesa. ¿Quién no ha sufrido los estragos del característico sopor que visita después de comer? Un espacio tranquilo frente al ordenador, temperatura agradable y un asiento cómodo no son precisamente factores que contribuyan a espantarlo.  

Entre las más formas más tentadoras y efectivas de hacerlo es tomando una onza de chocolate negro.  Además de estimular la mente, este tipo de chocolate cuenta con propiedades antioxidantes, estimula el sistema nervioso y mejora las habilidades mentales.  

Así que ya lo sabes, en cuanto el sopor hace acto de presencia no te queda más remedio que intentar luchar contra él. Poner en práctica estos trucos fáciles te ayudará tanto a prevenirlo como a combatirlo cuando aparezca.