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¿Por qué sufrimos ansiedad laboral?

Las prisas no son buenas aliadas para luchar contra el estrés y la ansiedad ya que aceleran el ritmo cardíaco. Intentar rendir al máximo en el trabajo y no conseguirlo puede traer consigo una gran y desmotivadora sensación de frustración. De igual manera, existen otros factores laborales que pueden provocar ansiedad. Conocer sus entresijos es el primer paso para enfrentarnos a ella con éxito.

Por desgracia, cada vez son más frecuentes las situaciones de estrés y ansiedad provocadas por el trabajo. Tanto es así, que el año pasado el Juzgado de lo Social número 5 de Madrid reconocía como accidente laboral la baja por salud mental de un trabajador tras un episodio de ansiedad provocado por trabajar continuamente bajo presión a consecuencia de un constante fallo de la maquinaria.

¿Qué es la ansiedad?

Las personas manifestamos reacciones tanto a nivel físico como emocional cuando nos encontramos ante una situación de alarma. La ansiedad es una respuesta natural del organismo al querer adaptarse a las distintas situaciones que se plantean frecuentemente como una reunión importante o la presentación de un proyecto.

Aunque su sintomatología pueda pasar desapercibida, prestando un poco de atención es posible detectarse sin problema en sus inicios.

  • Dolores musculares en sitios poco habituales como la mandíbula, consecuencia de apretarla muy fuerte en momentos de tensión.
  • Desorden alimenticio, insomnio y dificultad para dormir varias horas seguidas.
  • Excesivo perfeccionamiento y autoexigencia  que pueden causar comportamientos compulsivos a  nivel laboral.
  • Inseguridad, vulnerabilidad y aparición de miedos nuevos como claustrofobia o fobia social.

¿Por qué aparece la ansiedad?

Ante una situación complicada, el organismo responde con una serie de mecanismos fisiológicos y cognitivos originados en el sistema nervioso. Este sistema se compone sobre todo de neuronas y los neurotransmisores que las comunican.

Por lo general, existen una serie de circunstancias que propician la aparición de la ansiedad, por ejemplo desempeñar el trabajo en un espacio inadecuado o inseguro con horarios poco flexibles y poca planificación.

Por otro lado, una inadecuada carga de trabajo, la alta exigencia laboral, una mala relación con jefes y compañeros, o la poca (o nula) comunicación entre empresa y empleado también puede ser el detonante de su aparición.

Combatir la ansiedad en el trabajo

Los psicólogos señalan que a veces las distracciones, la fatiga o la sobrecarga tienen su origen en una mala organización de las tareas. Priorizar las tareas pendientes es la mejor manera de no agobiarnos y poder perder los nervios.

A su vez, los expertos insisten en la importancia de que el trabajador realice descansos para “recargar las pilas”. Aprovechar la pausa del café para despejarnos es una buena idea. Aunque resulte paradójico, en esa pausa del café sería bueno evitar la cafeína. El té verde también tiene propiedades estimulantes y otras muchas muy beneficiosas para el organismo.

¿Sabías que los estiramientos suaves te ayudarán a reactivar la circulación que se resiente tras un largo periodo de tiempo inactivo o en la misma postura? Ponlo en práctica en la medida de lo posible.

La música tiene un efecto rápido en la mayoría de las personas, especialmente en sus emociones. Si lo que necesitas es calmar la mente y relajar los músculos, un ritmo lento te ayudará a ello.

Al llegar a casa ¡desconecta!

Después de un intenso día de trabajo es habitual llegar a casa e intentar hacerlo todo en muy poco tiempo. Tener demasiados objetivos en ese sentido va a generar un alto nivel de ansiedad que, además, repercutirá negativamente en el entorno y seres queridos.

Dormir las horas suficientes y levantarse descansado es imprescindible para no padecer ansiedad. Una mente cansada impide la claridad del pensamiento y la calidad del trabajo se resiente.
La ansiedad aparece en momentos de tensión, muchas veces inevitables. Disfrutar de un estilo de vida saludable (buena alimentación, ejercicio físico habitual, descanso satisfactorio y evitar alcohol y tabaco), organizarse con tiempo, fomentar relaciones sociales sanas, evitar pensamientos negativos, relativizar los momentos menos buenos y aceptar que el día tiene 24 horas son algunas de las recomendaciones más efectivas para ganarle la partida.