Skip to content

La semana de 4 días y el bienestar laboral

¿Puede ser una semana laboral de cuatro días una de las formas más efectivas de mejorar el bienestar en el lugar de trabajo? Eso se preguntan muchas empresas en los últimos tiempos. Grandes compañías ya han dado el paso hacia el nuevo modelo de trabajar cuatro días y descansar tres, pero no está claro aún si es una estrategia extensible a todo el tejido empresarial.

El bienestar del trabajar se ha elevado en los últimos años como un elemento indispensable en cualquier estrategia empresarial y, más concretamente, en la de recursos humanos. Se habla tanto de trabajo flexible, teletrabajo, modelo híbrido, salud mental y semana laboral de cuatro días porque en el colectivo de los trabajadores se nota un gran desencanto con las políticas de muchas empresarias en materias de conciliación y bienestar.

Lo que está claro es que se ha propuesto reducir un día de trabajo semanal como una opción para mejorar ese bienestar y conciliación entre la vida laboral y la personal. Y eso implica o bien que se tenga que trabajar unas 10 horas al día durante esos cuatro; o bien que la jornada semanal sea de 32 horas. Estos ejemplos son siempre una referencia de una semana laboral de 40 horas.

Es pronto, pues la pandemia sigue dando sus problemas, pero está claro que los empleados deberán considerar en un futuro próximo esta posibilidad de trabajar cuatro días, bien cobrando lo mismo y trabajando más al día o, por el contrario, cobrar menos y seguir manteniendo su jornada diaria, pero por solo cuatro días.

Es un reto mayúsculo para las empresas. Pues pocos precedentes existen en este sentido. Algo similar pasó con el teletrabajo, donde los departamentos de recursos humanos pasaron de un día para otro a tener que gestionar personas en lugares diferentes sin preparación alguna.

Niveles de rentabilidad

Ya hay empresas que aplican la semana laboral comprimida de cuatro días y se ha demostrado que los empleados mantienen el mismo nivel de productividad. Así mismo, se han observado mejoras en la satisfacción del personal respecto a su trabajo, el ambiente de los equipos se ha potenciado y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal hace que la lealtad a la empresa sea más fuerte que nunca.

Empleados más felices también significan menos ausentismo, mejor retención del talento y, como es lógico, mejores niveles de productividad. Tener un fin de semana largo permite a las personas pasar más tiempo con sus amigos y familiares y disfrutar de sus aficiones, lo que mejora su bienestar general.

Otro aspecto relevante es el estrés, no tanto el laboral, que ese sí puede incrementarse al tener menos tiempo para realizar tareas, sino el general, pues las personas también pueden experimentar menos agobio con una semana laboral comprimida, ya que tienen un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Es decir, hay más organización y tiempo para las responsabilidades fuera del trabajo.

Las personas somos cada vez más conscientes del medioambiente y de los problemas que lo rodean. La semana de cuatro días puede ser un paso más a favor de la lucha contra cambio climático pues dado que los empleados viajan al trabajo un día menos a la semana se puede reducir la huella de carbono de una empresa, lo que tiene un gran impacto ambiental positivo.

Un cambio es necesario

Después de un período en el que el bienestar y la productividad se han visto sometidos a una gran presión, los equipos y los líderes deben trabajar juntos para desarrollar nuevos enfoques que se adapten a ellos.

Evidentemente, puede haber, y seguramente habrá, problemas iniciales cuando se implementa por primera vez una semana más corta, pero con la planificación y la comunicación adecuadas, es un elemento que posee el potencial de mejorar enormemente el bienestar de los empleados.

Pero es muy importante entender que no todo el mundo puede estar de acuerdo en trabajar cuatro días, por el motivo que sea. Aquí entra en juego la flexibilidad de las empresas para adaptar sus acciones estratégicas a cada persona. Evidentemente, no se pueden redactar unas normas, horarios y oficinas a gusto de todas las personas que trabajan en una empresa; pero sí se puede adaptar al máximo posible esas normas, horarios y lugares de trabajo para intentar conseguir una satisfacción más amplia.

Hay muchas formas de potenciar el bienestar de las personas en el ámbito laboral. La semana de cuatro días es una de ellas. Veremos cómo evoluciona este fenómeno y si es una acción que se implanta en la mayoría de las empresas o queda relegada a solo un pequeño porcentaje.