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Los nuevos tipos de trabajo en las empresas

Que la pandemia ha provocado cambios en el mundo laboral salta a la vista. Pero en el mundo empresarial, las organizaciones que aprovechan los momentos de crisis para reinventarse son las que acaban siendo más fuertes.

La introducción del teletrabajo como elemento novedoso no puede ni debe ser el único, pues se estarían desaprovechando grandes oportunidades para mejorar el entorno laboral.

El trabajo híbrido es solo una pequeña parte de la ecuación para conseguir una cultura de trabajo inclusiva con cualquier tipo de persona. Si no se logra, podría ser perjudicial para muchas personas con discapacidad, personas con hijos a su cargo y cualquier otro tipo de empleado que necesite una mayor flexibilidad por las razones que sea.

Otro potencial problema que se puede dar en las empresas que no se adapten a los nuevos tiempos es que el proceso de selección podría volverse mucho más largo e improductivo. Con lo que eso conlleva en términos de tiempo y recursos económicos.

Por lo tanto, si se busca una nueva forma de hacer las cosas, lo que realmente necesitamos es un trabajo inclusivo.

Pero ¿qué es el trabajo inclusivo?

Una gran aproximación sería hacer una analogía con las 5W del periodismo. El trabajo híbrido sería el dónde trabaja la gente. Pero el trabajo inclusivo es más complejo, por eso tenemos que usar el cómo, cuándo y dónde trabajan las personas.

En otras palabras, se trata de ayudar a los empleados en todo lo que se pueda para potenciar su productividad y, a la vez, su compromiso con la empresa. Solo ofreciendo una flexibilidad elevada se puede conseguir el objetivo.

Flexibilizar el trabajo no es hacer menos horas o tener más vacaciones. Se trata de una organización adaptada a cada persona sin desatender nunca sus tareas y responsabilidades. Si, como vemos, el trabajo híbrido y flexible se ha de adaptar a cada persona, también lo tendrá que hacer el inclusivo.

En definitiva, lo que se puede ofrecer a las personas en un ambiente laboral inclusivo es la opción de elegir cómo, cuándo y dónde trabajar. De esta forma se consigue ya no solo retener al mejor talento, sino que también sea un motivo por el que la gente más capacitada en el mundo laboral pueda sentirse atraída por esa cultura corporativa.

Cada persona tiene sus preferencias, sus gustos y sus necesidades. Quizá a un grupo de trabajadores les interese trabajar en la oficina y a otro hacerlo desde casa. Incluso pueden cambiar a lo largo del tiempo esas preferencias iniciales, pero una si la cultura empresarial es inclusiva, todo se adaptará para ayudar.

El busca del equilibrio

Se está rediseñando el panorama laboral. La pandemia y sus efectos hacen necesaria una gran modificación de los estándares previamente establecidos. Se tiende a lo individual, a lo personalizado. Ese es el objetivo del trabajo inclusivo: que una empresa sea capaz de ofrecer un enfoque personal a cada trabajador.

Encontrar el equilibrio siempre es difícil y requiere tiempo, esfuerzo, pruebas y errores. Lo que busca toda empresa es crecer, ser más potente en su sector y generar más ingresos. Si se excede en el grado de individualismo y se desequilibran los recursos empresariales se puede caer en problemas con otros objetivos generales. De ahí que el equilibrio sea tan relevante. 

Los recursos humanos como eje principal

El trabajo inclusivo no se trata de que cada uno haga lo suyo y punto. La empresa es un conjunto, un todo. Se trata de tener políticas flexibles que permitan a los empleados ser lo más productivos posible. Por tanto, empezar trabajando la confianza es fundamental.

Históricamente se ha visto que las empresas han tratado a todos los trabajadores bajo una misma cultura. Sin discrepar. Parece que las cosas han cambiado. Ahora el mercado laboral demanda que cada persona sea tratada como un individuo.

El trabajo inclusivo es individual y, por lo tanto, menos escalable, más complicado y complejo de implementar de manera efectiva. Requiere mucho más tiempo, más recursos, más reuniones y más personas atendiendo las necesidades de los trabajadores. De ahí la importancia del departamento de recursos humanos.

El trabajo híbrido ha llegado para quedarse, pero no se debe imponer. Debe ser una opción más dentro de la oferta de elementos que una empresa ofrece a su plantilla, siendo cada trabajador, de forma individual, el que decida si se une a esa nueva forma de trabajo.