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Impulsando una organización: la confianza entre empresa y empleados es la clave

Las empresas que tienen un alto nivel de confianza entre su dirección y sus equipos de trabajo tienen muchas más probabilidades de tener un mayor rendimiento económico y financiero que las que no disponen de este elemento diferenciador.

La relación entre crecimiento y confianza no solo se da en el mundo empresarial, es parte misma de la vida diaria de cualquier persona. Se habla mucho de la confianza, pero es un concepto muy complejo y, sobre todo, muy difícil de adquirir para uno mismo.

La confianza está estrechamente relacionada con la seguridad y está más que demostrado que las personas que creen en sí mismas ofrecen un rendimiento muy alto en cualquier faceta de la vida.

Si en el entorno personal la confianza y la seguridad en uno mismo es importante para afrontar el día a día, ni que decir tiene que en la vida laboral estos elementos también juegan un papel muy importante.

 

La confianza en el entorno laboral

Los mayores niveles de confianza en la relación entre la gerencia y los empleados se relacionan directamente con niveles más altos de productividad laboral. Pero no solo eso, también provocan una mayor armonía y comprensión entre las partes que hacen que la convivencia sea positiva y el ambiente de trabajo un lugar amable. Esto, a su vez, también potencia de manera notable la productividad y el crecimiento empresarial.

Como vemos, la confianza es un factor elemental para que una empresa sea cada vez más grande y genere más trabajo. En los primeros momentos de esa relación de confianza entre empresa y empleados debe salir de arriba, es decir, desde las personas de más responsabilidad. Líderes, gerencia y dirección deben dar el primer paso y ofrecer un ambiente cargado de confianza hacia sus empleados, sobre todo a los de reciente incorporación pues los primeros pasos en una empresa son muy importantes.

Crear una cultura de trabajo fundamentada en las relaciones de confianza entre todas las personas que conviven en un entorno laboral es igual o más importante que alcanzar una ventaja competitiva en el mercado.

Las personas nos movemos mucho más cómodas en zonas de confort. Esa zona de confort la ofrece la confianza y la seguridad. Bien es cierto que, a veces, salir de esas zonas de seguridad hace que se progrese, pero la mayor parte del tiempo se vive y se trabaja mejor cuando la confianza y la seguridad tienen niveles altos.

 

Beneficios sociales derivados de la confianza

Quizá uno de los ejemplos más claros de los beneficios que ofrece una relación de confianza entre empresa y empleado sea la transformación de la jornada laboral.

Hace décadas muy pocas personas disfrutaban de un horario flexible. El poder autogestionar el tiempo de trabajo era prácticamente una quimera y el teletrabajo se veía como un elemento del futuro más lejano. El trabajo era 100% presencial, la mayoría de las veces en dos turnos a jornada partida y con la necesidad, para el empleado que trabajaba lejos de casa, de comer fuera.

Pero todo cambia. Evoluciona. Y el horario laboral también. Pero sin confianza mutua no hay evolución posible. Quizá en alguna empresa ahora mismo existan personas trabajando desde sus casas, con la comodidad y beneficios que eso conlleva y otras, compañeros de los primeros, no puedan hacerlo. ¿El motivo? La confianza. Quizá esas personas que no disfrutan del teletrabajo hayan quebrado la confianza que existía previamente entre empleado y gerente y, por tanto, no sean merecedoras de ese beneficio concreto. Como se puede ver en el ejemplo, la autonomía es un elemento que también está estrechamente relacionado con la confianza.

Esto demuestra que de la misma manera que la confianza incrementa la productividad, la desconfianza, traición o engaño produce malestar y perjudica gravemente el día a día y la posibilidad de crecer. En definitiva, crear relaciones de confianza puede ayudar a las empresas que estén pasando un momento difícil en lo productivo o financiero a mejorar los resultados.