Objetivo 2022: la retención de empleados

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En cualquier tipo de organización, los empleados suelen pasar por diferentes fases en las que exploran diferentes oportunidades laborales.

Con la creciente demanda de acciones en busca de mejorar el nivel de retención de empleados en las empresas, todos los líderes se esfuerzan cada vez más en motivar a sus empleados y mantenerlos informados de posibles mejoras de condiciones, de salario o de proyección profesional.

Las empresas deben enfocarse en cómo retener a los empleados en lugar de pedirles que cambien de opinión sobre sus pretensiones. En muchas ocasiones, aunque obviamente hay excepciones, si un empleado exige algo es porque lo merece. Cobrar las horas extra, un aumento de sueldo por una alta carga de trabajo o crecer en la escala organizativa de la empresa suelen ser algunas de las exigencias tradicionales. En los últimos años se le han ido añadiendo demandas enfocadas más al horario y a la flexibilidad que al propio dinero.

Según los expertos en recursos humanos y desarrollo organizacional, es decir, a nivel económico y de rendimiento productivo, se suele recomendar mantener a un empleado con experiencia en lugar de contratar a uno nuevo para diferentes puestos. En otras palabras, la creación de un proceso de selección, entrevistas y formación posterior al candidato elegido es mucho más costoso que darle a una persona que la empresa ya tiene en nómina lo que pide. Obviamente hay excepciones, pero por lo general es así.

Las personas son el pilar de las empresas

Los empleados son la columna vertebral de cualquier tipo de organización y trabajan de manera constante, día tras día, para aumentar el valor general de su rendimiento y de la empresa.

Siempre ha existido la táctica empresarial de contratar a los mejores profesionales de las empresas de la competencia. Eso ha sido así, es y seguirá siendo una acción habitual dentro de las empresas, sobre todo de las grandes multinacionales, donde el sentimiento de pertenencia se puede evaporar ante una gran oferta.

Esa propuesta atrae a los empleados competentes y dinámicos de compañías competidoras ofreciéndoles algo que quizá no tienen en su actual trabajo. Puede ser un ambiente de trabajo más inclusivo y dinámico, algún tipo de bonificación por ventas o por alcanzar determinado nivel de productividad, incentivos de diferentes tipos y un largo etcétera de elementos que, de una manera u otra, puedan decantar la balanza.

Cómo implementar una estrategia de retención

Las empresas deben descubrir sus propias técnicas para retener a los empleados. No todas sirven para cualquier empresa. No es lo mismo una gran multinacional que una pequeña pyme, ni el tipo de trabajo es igual ni el método para conseguirlo. Cada organización ha de tener sus propias líneas maestras para tratar de retener al talento.

Quizá el primer punto tenga que ver con el proceso de reclutamiento. Las nuevas incorporaciones deben tener un perfil que pueda encajar a largo plazo en los planes de la empresa. Ese el pilar fundamental, si se falla en este punto todo lo que vendrá luego no tendrá mucho sentido.

La retención de empleados comienza desde el primer día en que una persona entra dentro del equipo de trabajo.

Por todo es sabido que, en la gran mayoría de los casos, el dinero juega un papel capital en la toma de decisiones laborales. El salario es una de las cosas que la gente más valora a la hora de decidir si aceptar un puesto de trabajo o no. Obviamente si las empresas ofrecen a sus empleados unos salarios justos y alineados, ya no solo con su formación y experiencia, sino con su desempeño en la empresa, todo será más fácil en cuanto a retención.

Cada empresa en crecimiento necesita revisar sus gastos en nóminas y ver por dónde puede crecer. Cuando un empleado se siente valorado por los gerentes de la organización y los profesionales de recursos humanos, es normal que su rendimiento sea mayor que aquel que no tiene ese respaldo.

Como organización empresarial, si no puede ofrecer un aumento a los empleados cuando lo demanden o lo merezcan, se ha de buscar soluciones y alternativas que hagan que el nivel de pertenencia sea estable y no haya intenciones de abandonar la compañía en busca de un lugar mejor.

Siempre hay una solución si ambas partes quieren

Por eso es muy importante centrarse en el compromiso de los empleados. Porque si no se le puede satisfacer las demandas a una persona que se esfuerza por la empresa, tiene compromiso y trabaja como el que más a diario lo normal es una clara ruptura entre las partes. Realmente, si nos paramos a pensar, las organizaciones y empresas solo les va bien cuando valoran a sus equipos de trabajo. Hay que potenciar más la retención y el trabajo de los recursos humanos para intentar que la fuerza laboral no se vaya a otras empresas y se pierda talento y personal cualificado.

Cómo hacer la videollamada perfecta

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Durante el año pasado, el uso de la tecnología para videollamadas creció exponencialmente. Las personas hemos ido utilizado aplicaciones de videollamadas desde que salieron al mercado con el nacimiento de los smartphones y, aunque en menor medida, con la irrupción de las webcams y los programas pioneros hace algunos lustros.

Sin embargo, hoy es algo universal. Universal y común, que no siempre van de la mano. La pandemia de 2020 provocó, y lo sigue haciendo, que las reuniones tanto personales como profesionales pasaran a lo digital. Era la única manera de seguir manteniendo contacto visual con familiares, amigos, compañeros de trabajo, clientes…

Han venido para quedarse. Porque son más cómodas, porque ahora que el teletrabajo se ha vuelto más común y porque existe un amplio abanico de aplicaciones y herramientas que lo ponen todo mucho más fácil.

Pero pese a que todo el mundo ha hecho una, ¿sabe la gente hacer videollamadas de verdad?

Como en todo en la vida, ante una reunión de este tipo hay que prepararse. A continuación, os dejamos una serie de consejos o recomendaciones para conseguir hacer la videollamada perfecta en entornos laborales.

Antes de todo: informar y probar

Lo primero que hay que hacer a la hora de planificar una videollamada es informar a los participantes del día, fecha y plataforma elegida para la reunión. Además, hay que decir dicho encuentro será en video o solo en llamada y, muy importante, recalcar si se estará grabando o no.

Puede parecer algo lógico, pero la experiencia nos dice que nada más lejos de la realidad. Mucha gente no informa debidamente de cómo serán las reuniones ni si serán grabadas y esto último, por el tema de los derechos de datos y privacidad, es muy relevante.

Una vez que todo el mundo sabe por dónde y cuándo se hará la reunión es hora de llegar preparado. Probar el equipo en una videollamada es igual que mirarse al espejo antes de salir de casa. Hay que revisar que todo esté bien, que funcione y que no falte nada. Micrófono funcionando, cámara activa, luces ambientales correctas, fondo ordenado… Hay un buen puñado de elementos que hay que revisar para que todo salga perfecto.

Punto relevante también que no hay que dejar de lado es la vestimenta. Hay que tener un atuendo para cada momento. No es lo mismo una reunión con un compañero de trabajo con mucha confianza que con la directora general o un cliente muy importante. Y no solo hablamos de formalidad o de reglamento de vestuario, sino de colores, de patrones o de cualquier otro elemento que pueda desviar la atención de la reunión.

Y todo esto, antes de la llamada. Parecen muchas cosas, pero si lo miramos con perspectiva, son cosas de sentido común.

Entramos en acción: elementos claves durante la llamada

Aquí hay muchas más cosas muy estrechamente relacionadas con las reuniones tradicionales. Hablamos de, por ejemplo, puntualidad, un orden de puntos, una educación y respeto por las intervenciones… Es decir, lo de toda la vida, pero en digital.

Comenzar y terminar a tiempo es algo importante. El tiempo es un elemento muy valioso, quizá el más importante. Y si una reunión está fijada en un horario hay que respetarlo.

Además, en las videollamadas no hay problemas de desplazamientos, de aparcamiento o de atascos de ningún tipo. Salvo que haya alguna cuestión técnica inesperada, todo debe ser más fácil que en una reunión tradicional.

Un buen truco para que todo fluya mejor es silenciarse cuando se va a estar un reto en silencio. Siempre hay algún ruido de fondo molesto que hace que la persona que esté hablando pueda sentirse distraída.

Otro buen consejo es no hacer otras cosas mientras se está en la reunión. Es tentador consultar algo, responder a un correo o acabar esa tarea en la que se va retrasado mientras otra persona expone una presentación o simplemente habla.

Como vemos, no hay nada extraordinario que no se pueda seguir en una reunión. Son elementos comunes en cualquier encuentro profesional donde, por encima de todo, debe primer la educación y el respeto.

Finaliza la llamada, ¿y ahora qué?

Lo primero, asegúrate de que has cerrado la sesión dentro de la sala de reuniones. Hay veces que juega una mala pasada estos despistes.

Después puede ser bueno hacer un acta de la reunión y enviarla por correo a los participantes. Es una forma de, además de dar las gracias, dejar por escrito los puntos clave de la conversación. Como hemos visto, es importante hacer las cosas bien desde el principio. Revisar todo antes de tener la videollamada, respetar y ser puntuales durante ella y asegurase de que todos los participantes saben de lo que se ha hablado. Las videollamadas serán más importantes con el paso del tiempo por lo que hay que ejecutarlas de manera óptima.

Cómo gestionar y mantener fuertes a los equipos de trabajo

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Una empresa la forman equipos de trabajo y estos grupos los forman personas. Diferentes personas que necesitan diferentes cosas y que cada una, demandan una cosa.

La persona que dirige esos equipos debe conocer en profundidad a cada uno de los miembros y saber comprender sus necesidades. Ahí radica parte del éxito de ese grupo de trabajo.

Crear una conexión que permita generar una burbuja de confianza dentro del equipo será una gran noticia para el futuro. Aquí la gestión es básica y fundamental y, sobre todo, con las nuevas incorporaciones. Las personas que lleven años en la empresa lo tendrán más fácil, pues la convivencia hace que el trato sea de más confianza, incluso llegando en algunos casos a la amistad verdadera. En cambio, un recién llegado, con los nervios, el estrés de los primeros días y todo lo relacionado con empezar en un lugar de trabajo desconocido y conocer a gente nueva será más difícil alcanzar el nivel de confianza óptimo.

Es tarea de la persona que gestiona a ese grupo de personas que el tiempo en aclimatarse de los nuevos reclutas sea el mínimo, ya que una vez que estén integrados en la dinámica y confianza del grupo, su rendimiento, y por tanto el de todo el equipo, será mejor.

Conociendo a las personas

El puesto de gestión, dirección o administración, como se quiera llamar, requiere dedicar tiempo a conocer a cada miembro del equipo y aprender más sobre sus objetivos profesionales, aspiraciones y metas, personalidad, problemas que pueda tener o cualquier otro aspecto es invertir en la empresa, en su futuro y en el de todos los trabajadores.

El buen líder, cuanto más sepa sobre sus empleados mejor, pues los apoyará en sus momentos débiles y, como resultado, más éxito tendrá todo el equipo de trabajo.

Por eso debe estar al tanto de lo que sucede dentro de su equipo. La información debe fluir, tanto en conversaciones entre las personas como en diferentes indicadores de rendimiento y productividad.

El control del rendimiento le ofrece a la persona que dirige el equipo de producción unos datos de gran valor. La caída o incremento de ese rendimiento, contrastado por los datos, hará que se tomen unas decisiones u otras. Si es una bajada en el nivel productivo del equipo, habrá que investigar el motivo y si viene derivado de algún miembro en concreto o son elementos tecnológicos o de infraestructura los que hacen reducir esos niveles óptimos; si se trata de que un miembro baja la media hay que actuar de manera rápida y eficaz, pues quizá algún problema que no ha comunicado.

Evidentemente, si es al revés y el nivel de productividad se incrementa hay que ver qué beneficios merecen los miembros de equipo.

El reconocimiento como punto fuerte dentro de los equipos

Hilando con el concepto anterior de más rendimiento más recompensa, la estrategia de gestión de personas basada en el reconocimiento puede ser clave también en el éxito del grupo y de la organización en general.

¿Qué mejor manera de impulsar las relaciones con los empleados que reconocer sus méritos? Es un factor clave. Elemento muy importante para generar buena autoestima, confianza, potenciar la competitividad y, por supuesto, sentimiento de pertenencia.

Para gestionar un equipo de trabajo hay que tener en cuenta muchos factores. Pero quizá el más crítico sea la confianza. Hemos hablado de cómo generarla y fortalecerla en los buenos momentos, reconociendo el esfuerzo de las personas y premiando a los que han alcanzado las metas. Pero el vínculo más importante dentro de cualquier relación de confianza es en los momentos difíciles.

Cuando hay un problema dentro del equipo, las cosas pueden descarrilarse con bastante rapidez. Entonces, como gerente, es su trabajo identificar esos problemas y tratarlos rápidamente.

Identificar los potenciales problemas que pueda llegar a tener el quipo y anticiparse es responsabilidad de las personas con más poder y más influencia. No siempre se podrá prever el conflicto, pues hay elementos externos que son inesperados, pero lo que sí está en manos de los gestores es la preparación para esos bruscos cambios que pueden producir un problema mayor.

La formación como pilar fundamental

Un programa de formación y capacitación para los miembros de los diferentes grupos de trabajo es una de las mejores estrategias para mantener a los equipos fuertes y actualizados. Además, las actividades de formación pueden ayudar a los nuevos empleados a integrarse mejor al ritmo de trabajo, por no decir la importancia que tiene para las personas con más tiempo en la organización que su empresa les siga formando y ayudando a ser competitivos en un mercado laboral cada día más exigente. Que el equipo en general sea más eficaz, productivo y esté actualizado a las nuevas tendencias en el proceso es beneficioso para todas las partes.