Aprender a negociar para alcanzar tus objetivos

negociar

A lo largo de tu vida laboral te vas a encontrar en la tesitura de tener que negociar para alcanzar tus objetivos. Presupuestos, plazos, condiciones, horarios o cualquier otro aspecto que van a servir para llevarte donde quieres. Sobre el papel lo vemos sencillo pero la inseguridad y otros factores pueden hacernos dudar.

Antes de entrar en materia, un consejo de oro: ten claro tu objetivo. ¿Cuántas veces has terminado una conversación que no ha dado sus frutos? Resulta muy sencillo perder el foco sobre lo que se pretende conseguir, así que tenerlo claro y bien presente será la clave.

El diálogo, pausado y coherente

Una negociación se basa en el intercambio a través del diálogo. Para poder hacerlo hay que conocer las prioridades, necesidades, intereses y límites de la otra parte. Un lenguaje claro, sencillo y directo siempre va a favorecer la comunicación. De igual modo, es importante escoger las palabras y el tono, y adaptar el discurso teniendo en cuenta con quién estás hablando.

La paciencia, gran aliada

Si tienes claro lo que quieres conseguir no lo dudes. A veces puedes encontrarte con que debes ceder en algún punto. Encontrar un punto intermedio es la clave de la negociación. Si algo te coge por sorpresa, evita dar una imagen de falsa seguridad. Pregunta, redirige la conversación y sal de dudas.

Ten paciencia, aprende a escuchar y mantén el equilibrio de la conversación. Las prisas no son buenas consejeras y pueden tener malas consecuencias. Evita presionar o agobiar a la otra parte si no quieres llevarte una negativa.

Aunque tengas información sobre otras personas, no pierdas la individualidad de tu negociación. Expón tus peticiones, razones y objetivos siendo discreto sin mostrar lo que sabes. Cada caso es independiente.

Negociar condiciones de trabajo

Si estás pidiendo un aumento de sueldo, la inclusión de beneficios para empleados, la posibilidad de pedir un adelanto de nómina o definiendo las condiciones de un nuevo de trabajo, negociar con éxito es aún más importante. Una buena actitud que deje claro tu valor y postura, es un buen punto de arranque. Si la conversación no es presencial y se desarrolla por teléfono o videollamada, es bueno hacerla más amena añadiendo palabras positivas en tono cordial. Además, no te olvides de:

  • Prepararte. Aborda la negociación conociendo a la persona que tienes delante y su cargo. Practica posibles preguntas difíciles y ten una respuesta para salir airoso llegado el momento. Aunque el historial profesional tiene interés, céntrate siempre en el futuro, lo que quieres y lo que puedes aportar en esa empresa.
  • Manifestar interés. Es importante enfatizar tu interés en querer trabajar en la nueva empresa o seguir en la que estás. De ahí la negociación para que sea beneficiosa para las dos partes. Eso sí, procura no exponer las razones personales que te llevan a elegir ese trabajo o pedir ese aumento.
  • Práctica la asertividad. Realmente una negociación empieza con un ‘no’. Si no estás conforme o no lo tienes claro, vence tus miedos y exponlo claramente. Es el momento.
  • Varios puntos. Si quieres negociar varias cosas hazlo como un objetivo unido y no por separado. Así, lo que se decida será válido para todo evitando concesiones.
  • Apunta alto. El tema del salario siempre es delicado, pero imprescindible. Investiga y establece un rango de salario solicitando la cifra que esté en la parte superior. Sé claro, conciso y directo, sin irte por las ramas pero argumentando por qué te mereces esa cifra. Ya habrá tiempo de bajarlo.
  • No dejes nada en el tintero. Las vacaciones, los beneficios sociales y todo lo que se te ocurra tienen tanta importancia como el sueldo.
  • Reflexiona antes de decidirte. Aunque lo tengas claro, déjalo estar un par de días. La distancia te permitirá ver si es lo que estás buscando así como visualizar tu vida en esas nuevas circunstancias.

Una vez conseguido tu objetivo da el asunto por zanjado cerrando la negociación. No dejes flecos sueltos y así evitarás posibles cambios de opinión que podrían perjudicarte. En caso de tener entre manos un nuevo trabajo o un aumento de sueldo, la cosa cambia. La falta de confianza en uno mismo, la ansiedad o el miedo a perder una oportunidad hacen que puedas conformarte con la primera oferta que se baraja, aun no estando del todo de acuerdo. Poner en práctica los puntos anteriores te ayudará a conseguir tus metas.