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El liderazgo como habilidad principal para la adaptación a los cambios

Cuando se trata de habilidades críticas en el lugar de trabajo, hay una muy importante que gran parte de las organizaciones menosprecian. Hablamos del liderazgo, de la capacidad que tiene una persona para conseguir que la gente le siga y alcanzar así los objetivos propuestos por la dirección.

En la era de la transformación y del cambio constante, todas las empresas saben que su éxito se basa en tener una plantilla capaz de responder adecuadamente a los cambios y variaciones en el mercado, en la sociedad y en la vida en general.

Es por lo que la necesidad de un líder influyente y moderno cobra especial importancia, Las organizaciones necesitan líderes inclusivos, tolerantes, abiertos de mente, con conocimientos y perspectivas alejadas de estereotipos arcaicos.

Un líder del siglo XXI debe poseer la habilidad de alinear a las personas con la visión y misión de la empresa y ser capaces de diseñar estrategias, innovar y ejecutar un plan a todos los niveles, pero en constante cambio, es decir, ha de ser totalmente flexible.

Forjando un liderazgo

No hay que dejar a un lado la educación y las diferentes capacitaciones que los líderes han de poseer, pero en estos tiempos, es mucho más importante para las organizaciones que una persona con cargo relevante posea habilidades de inteligencia emocional que un máster. La educación y formación aportan conocimientos y los años trabajados en puestos similares experiencia, pero hay algo que no se aprende en ningún centro de estudios o en ningún trabajo. Las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional son más innatas que adquiridas. También es fácil de comprobar si una persona aprende rápido o no, si se comunica de forma agradable con el resto de los compañeros o si tiene cualidades de líder.

A la hora de seleccionar este tipo de altos perfiles, los profesionales de los recursos humanos deben saber orientar las reuniones o entrevistas con los candidatos hacia conversaciones donde se pueda saber, o por lo menos intuir, si esas personas poseen capacidades como empatía, se muestran a favor de la inclusión y ven el futuro como una gran oportunidad llena de cambios que pueden aprovechar para mejorar como persona y ayudar a crecer a la empresa.

Hay que prepararse para lo que viene

Vivimos tiempos de constante cambio y no se espera que la tendencia afloje, sino todo lo contrario. Por eso se necesitan personas con liderazgo que se sepan adaptar a esos cambios y aprovechen las oportunidades.

Si una cosa ha demostrado la pandemia en el mundo laboral es que las organizaciones solo sobrevivirán si cuentan con líderes modernos en los puestos de responsabilidad y una apuesta real por la cultura centrada en las personas. Obviamente, esto no se consigue de la noche a la mañana, es un proceso lento y constante, pero cuando se alcanzan los objetivos y se consigue desarrollar una cultura de este tipo los beneficios son evidentes.

Hoy en día los empleados exigen un lugar de trabajo colaborativo y donde puedan aprender de manera constante. También demandan que lo superiores sean de naturaleza inclusiva, tolerantes con las diferencias y que generen una relación de confianza desde el primer día. Atrás quedaron los líderes autoritarios que manejaban con puño de hierro a sus equipos, eso quedó atrás y nadie quiere volver a ello.

Las empresas modernas necesitan líderes que apuesten por el cambio, que sepan desenvolverse de manera eficiente en un mundo lleno de incertidumbre.

El respeto como punto de partida

Un buen líder es aquel que no se siente más importante que los demás por tener un puesto de responsabilidad. Podría ser la definición perfecta. Porque ahí radica el comienzo de todo. Sin respeto no se conseguirá nada.

Una persona que consigue un puesto de gerente, director o similar, bien por ascensos a lo largo de los años o bien porque superó mejor que nadie un proceso de selección debe tener siempre los pies en la tierra. De ahí que hayamos repetido varias veces que la empatía y las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional son muy positivas en estos ámbitos.

El respeto por los demás hará que se puedan integrar al equipo de trabajo cualquier tipo de persona. La diversidad fomenta el desarrollo de nuevas ideas y la innovación es un elemento crítico hoy en día. Las personas recibimos impactos publicitarios a cada segundo y pasamos muchas horas delante de ordenadores y smartphones. Tanta información nos hace que no reaccionemos a prácticamente nada, por eso es tan importante la creatividad. Y la creatividad es muy difícil fomentarla en un ambiente hostil o poco diverso.

Los líderes han de ser como los tiempos que corren: modernos, sin miedo a los cambios y con la perspectiva de que el futuro será mejor.